En Escola Port estamos comprometidos con la necesidad de preservar los ecosistemas marinos. Hemos hablado en otros posts de la importancia de mantenernos informados sobre lo que ocurre en nuestro entorno, y de participar en las acciones que mejoren el equilibrio de nuestra actividad con el medio ambiente. Hoy queremos profundizar un poco en la propuesta de la economía azul, y en cómo puede ayudarnos a lograr ese equilibro, e incluso lograr la regeneración de muchos ecosistemas.
¿Qué es la economía azul?
Lo primero que conviene diferenciar son los dos enfoques a los que se hace referencia con el término economía azul.
Por una parte, abarca toda una corriente de pensamiento que surge en los años setenta, presentando un modelo económico basado en reutilizar y reciclar con el fin de lograr un mejor aprovechamiento de los recursos. En contraposición a la economía lineal, propone bajar la sobreexplotación de los elementos naturales que nos está arrastrando a un punto de no retorno en la degradación del planeta, por la explotación masiva e incontrolada, y la proliferación de residuos no degradables. La economía azul se fundamenta en la búsqueda de la regeneración de los recursos, para que sean aprovechables por la fauna de los ecosistemas marinos.
Características de la economía azul según la UE
Por otra parte, y más frecuentemente, al usar el término economía azul se hace referencia directa al concepto de la Unión Europea: la economía que reconoce la importancia de los mares y océanos como motores económicos por su gran potencial para la innovación y el crecimiento, y a sus diversas aplicaciones en la gestión de los recursos de mares y océanos.
Barcelona y sus proyectos de economía azul
Nuestra ciudad ha aprovechado su proximidad al mar de forma tímida por mucho tiempo. Pero el impulso a los sectores azules como nuevo polo económico de la ciudad es una estrategia natural que cada vez se profundiza más. La diversidad de sectores relacionados a la economía azul aporta cerca del 4,3% del PIB de la ciudad, el 1,4% de ocupación.
Actividades como la logística portuaria, la pesca, la construcción y mantenimiento naval, la biotecnología marítima, las energías renovables y el ecoturismo, donde encaja la navegación de recreo de forma relevante, conforman un tejido donde las oportunidades y los proyectos de innovación son muy diversos.
La transformación del Port Olímpic encabeza estos proyectos enmarcados en el empuje de la economía azul en la ciudad, con la creación del primer “hub de economía azul”, un programa para emprendedores BlueUp que busca acelerar proyectos azules y detectar nuevas oportunidades de empleo en el sector, promocionar la náutica de ocio y los deportes de mar, y recuperar el contacto del espacio público con el mar.
Barcelona ha sido seleccionada como sede mundial del World Ocean Council (WOC), ya fue sede en 2022 de uno de los grandes eventos en materia de economía azul, el Sustainable Ocean Summit. Y en 2023 será sede por segunda vez del Seafood Expo Global.
En este contexto, Escola Port y el sector náutico de recreación apoya iniciativas de la ciudad, en conjunto con Barcelona Activa, como el reskilling en licencias de navegación que comenzará en el mes de junio, y otra iniciativas.
¡Icen las velas!
Retos de la economía azul para la náutica de recreo
Que el mar es fuente de vida lo sabemos desde la infancia. El 70% del planeta que habitamos se compone de mares y océanos. El mar nos proporciona alimento, vías de comunicación y de comercio. Siempre ha estado presente en el desarrollo económico de las distintas sociedades en toda la historia.
Pero en tiempos más modernos, apreciamos cada vez más el valor que las actividades lúdicas vinculadas al mar, nos aportan para nuestra salud física y mental.
Después de lo que supuso la pandemia mundial del Covid-19, muchas personas, turistas y residentes de ciudades costeras, encontraron en la navegación de recreo una experiencia segura y accesible para disfrutar en familia, en pareja, o individualmente. Las cifras de alquiler de embarcaciones de recreo subieron exponencialmente, aunque en los siguientes años se ralentizó algo, la tendencia del turismo náutico como opción de ocio sigue en aumento.
Por sus características, la navegación a vela es la actividad recreativa náutica más acorde a los principios de la economía azul, por ser la más sostenible y compatible con la preservación de los ecosistemas marinos.
El sector náutico puede aportar capacitación en tecnologías avanzadas, y formación profesional dual, para ofrecer puestos de trabajo estables. La competitividad promueve el desarrollo de innovación en productos y servicios náuticos, por ejemplo, el reciclaje de materiales de construcción para embarcaciones, y alternativas más ligeras, resistentes y ecológicas, o en sistemas de propulsión con energías renovables que reduzcan las emisiones contaminantes.
Los eventos deportivos, en nuestro caso regatas y otra competencia de vela, son fuentes de promoción y crecimiento. No es de extrañar que recientemente, la Copa América Barcelona 2024, fuese declarado acontecimiento de excepcional interés público, lo que sin duda impulsará el éxito del evento y la participación del sector privado. Es previsible que a corto y mediano plazo se genere empleo en construcción y mantenimiento de embarcaciones, y que despierte vocaciones hacia el sector náutico entre los jóvenes o entre aquellos que están en proceso de reskilling o reciclaje laboral.
Un horizonte prometedor
Todo esto configura un horizonte prometedor para la náutica de recreo. Encajar en los proyectos que se desarrollan en el contexto de la economía azul en nuestra comunidad, genera oportunidades únicas. Escola Port es consciente de que tenemos la ocasión de ser parte de los cambios que favorezcan la difusión de nuestra actividad, de nuestra pasión y forma de vida, al tiempo que podremos también ser parte activa de los cambios necesarios para garantizar la sostenibilidad de la vida en el mar y su economía circular. Asumimos ese desafío con responsabilidad y con la misma pasión que ponemos en todas nuestras travesías.
